Ingapirca Inca ruinas del Ecuador arqueología  Ingapirca Inca ruinas del Ecuador arqueología

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LAS COLLCAS UNA CHOZA/CAÑARI LOS BAÑOS INCA

PILALOMA


Reconstrucción virtual del Sitio de Ingapirca
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Reconstrucción virtual de Pilaloma
con las Collcas

Al Sur de todo el conjunto monumental de Ingapirca se encuentra este sector, sumamente importante no solo por su significado histórico ceremonial de haber sido un templo cañari, y depositario en su plaza central de un enterramiento múltiple con rico contenido funerario, si no también por su curiosa implantación previamente planificada para que se acomode a la topografía natural del terreno. Se trata de una unidad arquitectónica que, mirándola en la foto aérea, toda su planta se asemeja a un enorme arco ojival recostado de Este a Oeste, o también a un trapecio cuya base mayor es recta, mientras la menor se cierra con un muro de contención semielíptico.

El núcleo de esta unidad está definido por una plaza rectangular (12m x 8.60m) desde donde se accedía a 6 recintos que se levantaban a su alrededor. En aquella 0plaza o Kancha de Ingapirca - Ecuador todavía quedan las evidencias de un piso de forma circular (4 m2), empedrado con cantos rodados y asociado a una estela de piedra o wanka parada (1.50m de alto) que señalan el sitio exacto debajo del cual los cañaris habían enterrado a 11 individuos con sus ofrendas de cerámica, cobre, concha (Spondylus), hueso y cuerna de venado. Esta tumba colectiva, según los estudios realizados, estaría emparentada con la Tradición cañari Cashaloma y probablemente se trate de una mujer de alto rango y de sus diez acompañantes sacrificados para que continúen siendo sus eternos fieles servidores.

Al continuar hacia las ruinas del extremo semielíptico, se llega a la parte más alta de las ruinas de la Pilaloma, desde donde el visitante se inmiscuye en una competencia visual de escenarios arqueológicos: en primer lugar y de manera consciente no es capaz de desprender su mirada de las ruinas del colosal templo elíptico que sobresale en Ingapirca, único de este tipo en todo el imperio del Tahuantinsuyo; después, se imponen a modo de un gigantesco teatro griego varias terrazas sostenidas por muros de contención semicirculares, y rodeadas en su parte alta y periférica por una serie de cimientos geométricos que un día fueron las paredes de palacios, casas y bodegas incas. La vista no descansa e, inquieta como allí se vuelve, descubre en primer plano una pendiente en la que una estrecha y larga escalinata de piedra delimitada con altos muros laterales, desciende hasta unos pequeños cubículos o baños ceremoniales de clara filiación inca. Estos últimos elementos se repiten simétricamente al otro lado en una ladera ascendente; unos y otros unidos con un muro recto de contención, mismo que a su vez cierra a aquellos semicirculares.

Volviendo hacia atrás, se cae en cuenta que en este punto alto de las ruinas de la Pilaloma se encuentran otras ruinas de los dos recintos laterales con sus puertas orientadas hacia el Castillo. Estos dos recintos dejan un estrecho corredor intermedio de 0.80m que, coincidiendo con el eje longitudinal de todo el trapecio, avanza hasta su base mayor. Curiosamente, el corredor divide en dos secciones alargadas e iguales a Pilaloma, y atraviesa por la Wanka que señala la tumba múltiple. Todos estos elementos (geometrismo, tumba, wanka, corredor, orientación, etc.) han conducido a interpretar al sitio como un testimonio de algo más trascendente de la cultura cañari. En efecto, los últimos estudios arqueoastronómicos aseveran que el corredor y la wanka estaban asociados a la observación del sol en el solsticio de verano, el 21 de junio.


Vista al Norte-Oeste al Templo de Pila Loma

Viste al Templo de la Gran Cancha/Bodegas

Vista al Norte-Oeste

Vista al Norte-Oeste...al Templo

Vista al Sur-Este

Vista al Norte-Oeste...las collcas mas cerca

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